QUIÉN ES EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO Y QUÉ HACE PARA CONSEGUIRLO: LA CIENCIA HABLA

La ciencia comenta la existencia de un hombre considerado como el más feliz del mundo... ¿Sabes quién es?

En un rincón tranquilo del monasterio Shechen Tennyi Dargyeling en Nepal, reside Matthieu Ricard, doctor en biología molecular, monje budista y confidente del Dalái Lama. A sus 74 años, este francés ha atraído la atención de los científicos de la Universidad de Wisconsin, quienes se han embarcado en la intrigante misión de explorar los misterios de su mente para entender por qué es considerado "el hombre más feliz del mundo".

Durante años, los investigadores han sometido el cerebro de Ricard a extensas resonancias magnéticas nucleares, con sesiones de hasta tres horas. Utilizaron 256 sensores para rastrear sus niveles de estrés, irritabilidad, placer y otras emociones, comparándolos con cientos de voluntarios. Los resultados, expresados en una escala que oscila entre -0,3 (muy infeliz) y -0,45 (el asombroso nivel de Ricard), han sorprendido incluso a los propios científicos.

Sin embargo, Ricard contempla su título de "el hombre más feliz del mundo" con una mezcla de asombro y humor, como un juego científico sin sentido desde su perspectiva.

La historia de Ricard se entrelaza con la investigación del laboratorio de neurociencia de Richard Davidson en Wisconsin. Allí se descubrió que aquellos que practican la meditación, como Ricard, experimentan una activación única en ciertas áreas cerebrales asociadas con la compasión, más allá de la felicidad.

¿Y cómo logra el hombre más feliz del mundo mantener esa felicidad?

Matthieu Ricard ha dedicado su vida al camino espiritual del budismo tibetano y, según sus propias enseñanzas, ha encontrado la felicidad a través de la práctica de la meditación y la adopción de principios budistas. Te contamos algunos aspectos clave que él destaca como propulsores de su felicidad:

1. Meditación diaria: Ricard es un defensor apasionado de la meditación, practicando la atención plena y la meditación compasiva desde hace muchos años. Como bien dice, la gente cree que meditar es sentarse relajadamente debajo de un árbol. En realidad, es algo que cambia completamente tu cerebro y quién eres. La razón última para meditar es transformarnos a nosotros mismos para poder transformar el mundo.

2. Entrenamiento de la compasión: La compasión es central en la filosofía budista, y ha explorado cómo cultivarla en su vida diaria. La práctica de ser compasivo no sólo hacia los demás, sino también hacia uno mismo, es fundamental para encontrar la felicidad duradera. Ricard explica que el poeta tibetano Shabkar dice que una persona compasiva es amable incluso cuando está enojada; una sin compasión matará incluso mientras sonríe.

3.  La importancia de desapego: Ricard dice que el desapego es la fuerza tranquila de alguien que está decicido a no dejarse llevar por los malos pensamientos ni dominar por ambiciones superficiales, que robarían su tiempo para sólo darle pequeñas y caducas satisfacciones.  Cultivar el desapego no implica indiferencia, sino una relación saludable y equilibrada con las experiencias y las emociones.

4. Aportación y servicio a los demás: La idea de servir a los demás y colaborar en el bienestar colectivo es otra faceta clave de la filosofía de Ricard. Ya sea a través de su trabajo como traductor y asesor del Dalái Lama o mediante sus escritos y enseñanzas, ha dedicado su vida a inspirar a las personas a vivir vidas más significativas y felices. 

5. Formación continua y reflexión: Además de la práctica directa, Ricard aboga por el estudio y la reflexión sobre la naturaleza de la mente y la realidad. Este enfoque intelectual y espiritual complementa su práctica de la meditación y lo ayuda a profundizar en su comprensión de la felicidad y la satisfacción.

La felicidad de Matthieu Ricard parece ser el resultado de una vida enfocada en la práctica espiritual, la compasión, la contribución al bienestar de los demás y la búsqueda constante de la sabiduría. Su historia nos recuerda que la felicidad, en su esencia, es un viaje personal y subjetivo, desafiando etiquetas y mediciones científicas:

"La felicidad no llega automáticamente. No nos la regala un golpe de suerte y nos la arrebata otro. Sólo depende de nosotros. No nos convertimos en personas felices de la noche a la mañana, sino con constancia, día a día y mediante la transformación interior". Matthieu Ricard.