LA CASA DE HUÉSPEDES DE RUMI: SIGNIFICADO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

LA CASA DE HUÉSPEDES de Rumi

"Esto de ser un ser humano 

es como administrar una casa de huéspedes.

Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,

una decepción, una maldad,

alguna felicidad momentánea

que llega como un visitante inesperado.

Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,

incluso si son un grupo penoso que desvalija completamente tu casa.

Trata a cada huésped honorablemente pues

podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.

El pensamiento oscuro, lo avergonzante, lo malvado,

recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.

Agradece a todos los que vengan

pues se puede decir de ellos que han sido enviados

como guías del más allá". 

El poema "La casa de huéspedes" de Rumi, uno de los más queridos y conocidos de este poeta, teólogo sufí y místico del siglo XIII, continúa inspirando a lectores de todo el mundo con su mensaje universal de aceptación y sabiduría. Ha sido traducido a varios idiomas y forma parte de su colección de poemas conocida como el "Diván de Shams de Tabriz".

En la tradición sufí, el poema adquiere una profundidad especial: la casa representa el corazón humano, mientras que los invitados son las diversas emociones y estados de ánimo que llegan a habitar en él. Rumi nos invita a acoger a cada uno de estos "invitados" con amor y gratitud, reflejando así la enseñanza sufí de aceptación y compasión.

Desde la perspectiva de la inteligencia emocional, "La casa de huéspedes" nos ofrece una magnífica guía para una gestión emocional saludable:

Autoconciencia emocional: El poema nos anima a ser conscientes de nuestras emociones y estados mentales, reconociéndolos como visitantes que llegan a nuestra morada interior. Este llamado nos invita a prestar atención a lo que sentimos y a nombrar nuestras emociones.

Aceptación emocional: Rumi nos enseña la importancia de recibir y acoger a todas nuestras emociones, tanto las positivas como las negativas, sin juzgarlas ni reprimirlas. Al dar la bienvenida a cada "invitado" con gratitud y sin resistencia, cultivamos la habilidad de aceptar plenamente nuestra gama completa de experiencias emocionales.

Autorregulación emocional: Aunque algunas emociones pueden resultar difíciles o desafiantes, el poema nos alienta a tratarlas con honor y respeto. Esta actitud nos ayuda a desarrollar habilidades para acoger y darles un espacio a nuestras emociones de manera constructiva, en lugar de reaccionar de manera impulsiva o negativa ante ellas.

Mindfulness emocional: El poema nos insta a practicar el mindfulness emocional al recibir cada emoción como un "invitado inesperado". Esto significa estar completamente presente y consciente de nuestras emociones a medida que surgen, sin rechazarlas ni aferrarnos a ellas. Nos invita a observar nuestras emociones con curiosidad y apertura, reconociéndolas como parte natural de nuestra experiencia humana. En lugar de reaccionar automáticamente a nuestras emociones o tratar de suprimirlas, nos permitimos sentirlas plenamente, observando cómo se manifiestan en nuestro cuerpo y nuestra mente.

Empatía: La metáfora de la "casa de huéspedes" sugiere que no sólo debemos aceptar nuestras propias emociones, sino también las de los demás. Reconociendo que todos experimentamos una variedad de emociones en la vida, cultivamos la empatía hacia los demás y nos volvemos más compasivos y comprensivos.

Resiliencia emocional: Abrazar todas nuestras experiencias emocionales como oportunidades de aprendizaje y crecimiento fortalece nuestra capacidad para adaptarnos y recuperarnos de los desafíos de la vida. Esta actitud de apertura y aceptación nos permite desarrollar una mayor capacidad de recuperación emocional frente a las adversidades.