DECIDIR ES VIVIR

Lila, una joven con anhelos de aventura y un espíritu inquieto, había decidido finalmente dejar atrás la comodidad de su tranquilo pueblo para embarcarse en una travesía en busca de nuevos horizontes y conocimientos. Con su equipaje ligero pero lleno de esperanza, se despidió de sus seres queridos y emprendió un viaje hacia lo desconocido.

Caminando por senderos polvorientos y entre árboles ancianos, Lila pronto se encontró frente a un cruce de caminos. La duda se apoderó de ella mientras miraba las tres opciones que se extendían ante sus pies. Cada camino parecía prometer un destino único, y la elección de Lila era crucial.

Mientras debatía en su mente, sumida en un mar de indecisión, una presencia inesperada interrumpió sus pensamientos. Un anciano de semblante sabio y sereno se acercó a ella con pasos tranquilos, como si el viento mismo lo hubiera guiado hacia su encuentro. Lila se sorprendió al principio, pero pronto se sintió reconfortada por la calidez y la tranquilidad que emanaban del anciano.

Con gesto amable, el anciano escuchó atentamente las preocupaciones de Lila y le dijo: 

"Un camino por descubrir es como una página en blanco, donde sólo el principio se encuentra a la vista y el destino final permanece envuelto en misterio. Quizás el sendero que aparece a la izquierda se entrelace con el del centro en un punto más adelante, o tal vez el camino del medio no te lleve al llano que esperabas. Incluso las montañas del norte podrían resultar ser un lugar solitario, sin rastro alguno de los sabios monjes que anhelabas encontrar. A lo largo de tu travesía, es probable que te encuentres con otros cruces de caminos, cada uno ofreciendo nuevas posibilidades y desafíos. Sin embargo, también existe la posibilidad de que tu destino se revele de formas inesperadas.

Pero, independientemente de qué camino elijas, ten la certeza de que será el correcto. Aquel que emprende un viaje con determinación y compromiso siempre encuentra lo que busca. Y si tu búsqueda es de conocimiento y aprendizaje, entonces el sendero que recorras será exactamente el que necesitas. Que tengas buena suerte en tu viaje y que esté lleno de experiencias enriquecedoras que te ayuden a crecer y a aprender."

Inspirada por las palabras del anciano, Lila sintió que una chispa de determinación se encendía en su interior. Agradeció al anciano por su consejo y se despidió con gratitud, sintiendo que ahora estaba lista para enfrentar el mundo con renovado vigor y confianza.

Con paso firme y corazón valiente, Lila finalmente escogió uno de los tres caminos y se adentró en la vastedad del paisaje desconocido que se extendía ante ella. A medida que avanzaba, encontró desafíos y adversidades, pero también descubrió belleza y sabiduría en lugares inesperados.

A lo largo de su viaje, conoció a personas de diversas culturas y tradiciones, cada una con sus propias historias y lecciones que compartir. Desde los misteriosos duendes del bosque hasta los sabios monjes de las montañas y los nómadas del valle, Lila absorbió cada experiencia con humildad y gratitud, sabiendo que cada encuentro era una oportunidad para crecer.

Al final de su viaje, cuando regresó a su pueblo natal, Lila llevaba consigo un tesoro invaluable: un corazón lleno de recuerdos, experiencias y conocimientos adquiridos a lo largo de su travesía. Aunque su viaje había llegado a su fin, sabía que el verdadero viaje había sido el camino mismo, y que siempre habría más senderos por explorar y más lecciones por aprender en el vasto tapiz de la vida.